Entraron unas mujeres bellísimas, sin cuello ni cabeza, con deslumbrantes trajes que parecían antiguos y modernos. Faldas muy amplias, cintura justa y el busto acaso velado. Iban descalzas con uñas bermejas, y tampoco tenían manos. Los colores de las faldas eran desde el luminoso amarillo, al verde áureo, al brillante como de sol y con franjas rojas.
Mi tío Enrique tenía trece años y clamó: –¡Yo ya puedo casarme!
Enlazó a una y se pusieron de baile. Y luego gritó: –¡Me dijo sí!
(¿Cómo? ¿Si no tenía boca?) Y fueron bailando hasta el patio, y al jardín y al bosquecillo, a la umbría, al rincón, donde siempre ocurrieron las cosas.
p°
ggg
11 comentarios:
¡qué lindo!
muy muy muy
Qué raro todo , imaginé el relato ahí en la escena del video.
Saludos
ego, Apa: gracias. Lindo & raro co.
Zombies?
tía Menda: ya puedes casarte !!!
Es como una especie de delirio lisérgico...
Muy de los primeros discos de Floyd.
yeap, Silvio. Todas zonas del mapa que el Bosco dibujó.
es un farol?
es un diamante, walky.
bello!, regresando meses más tarde... ;) al principio vi ese bello maniki de la tienda... en fin...
santero verdad...
mientras no sea un moniki, está todo bien!
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